lunes, 13 de diciembre de 2010

España perderá dos tercios de su peso en el mundo en 2030

España ostentó durante los últimos siete años el lustroso título de ser la octava economía del mundo. Fantaseó incluso, en 2007, con subir un peldaño más. Quizá todo fue un sueño y ahora toca despertarse. Brasil ocupa ya ese puesto que separa a las siete grandes potencias (EE.UU, China, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia) del resto de mortales. India, ahora por delante de Rusia, acaba de superar también a la economía española, que ya está fuera del «top ten». Las previsiones no son, además, nada halagüeñas: en 2030, su peso en la riqueza mundial se reducirá al menos en dos tercios, colocándose a la altura de Filipinas y Malasia.
Y además no parece tener remedio. Primero, porque previsiblemente la economía española sufrirá un largo estancamiento. Y segundo, porque el mundo lleva un tiempo cambiando de rumbo. Los ricos (EE.UU., Europa occidental y Japón) ya no son los más ricos, y los pobres (China, Brasil e India, entre otros) empiezan a tomar el mando. La crisis global solo ha dado un acelerón a este proceso. En dos décadas, el gigante asiático ocupará el trono de Estados Unidos.
En ese mismo periodo, el peso de España en el Producto Interior Bruto mundial pasará del 3% actual al 1%. O lo que es lo mismo: si hoy aporta 1,54 billones de dólares al conjunto de la riqueza global —cifrada en 61 billones—, en 2030, cuando la producción mundial alcance los 138 billones, la contribución española será de 1,96 billones, según las estimaciones hechas por la consultora Goldman Sachs en su estudio «El patrimonio de los emergentes en dos décadas: un mundo cambiante». Seguir leyendo

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